Escribe el preso político Joaquín Pérez Becerra desde las mazmorras de la
cárcel La Picota :
“La cárcel no es un instrumento de la justicia, es en realidad instrumento del poder”
No es lo mismo ver en enlatados gringos a tener
que vivir en carne y hueso lo de aquellas cintas. Una copia en pequeño de lo que
ocurre por fuera de estos helados muros. Un Estado justiciero, que castiga a un
pueblo irreverente para nada sumiso. Al paso como la milicia regular, marchan juntos
jueces, delegados de la Goduraduría
y fiscales. Difícil diferenciar quien es quien en sus funciones. Su único propósito
es satisfacer a la clase política gobernante que los contrata por un miserable salario.
Dos justicias, una para los de a pie y otra para
los de arriba. Implacable para los primeros, benevolente con los segundos en revanchas
y show mediáticos que confunden. Ó es que Santos carece del espíritu paramilitar
que abiertamente admite AUV? Ya veremos en un próximo cercano, sentado frente a
un sainete judicial a JMS y dirá: 'venganza criminal' de mis 'nuevos malos enemigos'.
Basta con mirar la Picota / Bogotá, aproximadamente
siete mil prisioneros divididos en cuatro edificaciones, cada uno con reglamento
adecuado al afectado. Con una sola dirección pero cuatro maneras de tratar al convicto.
Prisioneros políticos y de conciencia, de guerra y sociales comparten celdas y patios
sin sol, fiel reflejo de una sociedad dividida en clases, así lo niegue el director
de la “hora de la verdad”. Y ¿donde están los miles de militares y policías condenados
por los falsos positivos y sus vínculos con el paramilitarismo?
¿Y Arias el de 'Agro Robo Seguro'? En los hospedajes
de los batallones y en sus casinos comiendo a la Carta. Como sobremesa ahora
exigen 'fuero militar a la impunidad total'.
Estado carcelero solo para los de poncho.
Joaquín Pérez Becerra, director de ANNCOL y
preso político en La Picota ,
Bogota.