Jueves 01 de septiembre de 2011
NotiColombia Press
¡Por fin! El narco-paramilitar y espía que fungió como primer secretario de la embajada colombiana en Estocolmo, Ernesto Yamhure, cargo dado por el también narco-paramilitar presidente –en ese entonces-, Uribhitler, ha tenido que renunciar a su estercolero de columna en El Espectador y en Caracol Radio.
El individuo Yamhure entre sus funciones de secretario se dio a la tarea ordenada por sus « superiores » de espiar a los refugiados políticos de la U.P., el PCC y otros independientes, en cumplimiento de la orientación de la vicepresidencia de la república de Colombia, en ese momento comandada por otro narco-paramilitar ideológico, Francisco Santos, de conformar los « 100.000 amigos en el exterior ».
Yamhure, como lo denunció el periodista sueco, Dick Emanuelsson, no sólo filmaba a los exiliados políticos de la U.P., en protesta frente al barco « Gloria » atracado en los muelles de Estocolmo, sino que era militante de los grupos narco-paramilitares, específicamente realizaba trabajos con Carlos Castaño, « comandante » de las bandas narco-paramilitares llamadas « AUC », cosa que también lo denunció el periodista sueco. Estas denuncias le valieron a Yamhure ser retirado del puesto que ostentaba, pero siguió señalando a los exiliados colombianos ya desde las columnas de El Espectador y de Caracol Radio.
Es de ingrata recordación el señalamiento de exiliados políticos como el Dr. Hernando Vanegas y otros, y se abrogó el derecho de perseguir incluso a parlamentarios europeos como Jens Holm, quien hoy es parlamentario ante el « Riksdag » o Parlamento sueco. Sobra decir que el periodista sueco Dick Emanuelsson era –y es- objeto de especial odio por este personaje perteneciente a las bandas de narco-paramilitares. El espionaje de refugiados políticos es un delito y una afrenta al país que los acoge para salvaguardar sus vidas, mas al individuo Yamhure y a sus « superiores » ello no les preocupaba porque eran orientaciones de « vicepresidencia ».
Esa política de espionaje a los exiliados colombianos revivió las épocas más nefastas del « Plan Cóndor » en los años 70 y aún hoy el « Plan Cóndor » a la colombiana afecta a los exiliados políticos de ese país. Producto de ese « Plan Cóndor » se produce la captura y deportación de Venezuela hacia Colombia del periodista alternativo, director de la Agencia ANNCOL, Joaquín Pérez Becerra violándole todos sus derechos humanos toda vez que él es ciudadano sueco y militante del « Partido de Izquierda » sueco y no podía ser deportado a Colombia, quien desde que embarcó en Estocolmo fue estrechamente controlado por « espías » que seguían sus pasos e iban informando estrechamente sus actividades hasta que finalmente fue capturado en Venezuela, con el contubernio impúdico de elementos de derecha infiltrados en el PSUV de Venezuela.
Posteriormente, ante la imposibilidad de cerrar la Agencia Anncol, los organismos de inteligencia colombianos se dan a la tarea de publicar « informes de inteligencia » que siguen señalando a exiliados políticos colombianos de ser miembros de las FARC y haber recibido la orden de « comprar » Anncol. Esas asquientas publicaciones han aparecido en Caracol Radio y RCN Radio, y lo lamentable de todo es que los directores de esas cadenas radiales saben que no son ciertas las afirmaciones por ellos vertidas, mas lo siguen haciendo sin importarles el mal que causan, como si solo les importara « servirles » a los comandos militares y policiales. La Agencia Anncol ha seguido viva gracias a la solidaridad de miembros del exilio latinoamericano en Suecia y cada día se fortalece más y más y ya llega a tener el millón de accesos diarios.
En Suecia la libertad de información y la libertad de prensa es uno de los pilares que sostienen la democracia sueca y ella protege a los exiliados de todo el mundo que las autoridades suecas han tenido a bien recibir en sus territorios a fin de salvar sus vidas de la persecución de seres nefastos y criminales, como Yamhure, que utilizan las columnas en El Espectador o Caracol Radio para perseguir con el método fascista de señalar a inocentes de actos criminales, cuando en la realidad los criminales son quienes militan en las organizaciones narco-paramilitares, las cuales además de adelantar actividades de narcotráfico, se convierten en el elemento ilegal armado del régimen para realizar cuanta violación de los derechos humanos tengan a bien, en una supuesta persecución del « terrorismo » y « las guerrillas ».
«A todo marrano gordo le llega su San Martín», reza el adagio popular.