Domingo, 04 de Diciembre de 2011 21:36
Carta a las mediadoras internacionales sobre la muerte de los cuatro retenidos
COMUNICADO
Montañas de Colombia, Diciembre 1 de 2011
Distinguidas ciudadanas
Piedad Córdoba,
Lucía Topolanski, Jody Williams, Elena Poniatowska Amor, Alice Williams, Mirta
Baravalle, Isabel Allende, Rigoberta Menchú, Socorro Gómez, Hermana Elsie
Mongue, Ángela Jeira
Cordial saludo.
Deploramos
profundamente que cuatro de los seis prisioneros de guerra que íbamos a liberar
unilateralmente en respuesta a su petición de agosto, hayan muerto en un
irracional intento de rescate militar del ejército colombiano, cuando marchaban
hacia el lugar donde proyectábamos entregarlos a ustedes. Sorprende la actitud
del gobierno colombiano, que no dudamos, estaba enterado de nuestra
determinación. Las FARC querían liberarlos vivos, pero el gobierno de Juan
Manuel Santos prefirió devolverlos muertos a sus seres queridos.
Indigna la
manipulación mediática del infausto suceso por parte del gobierno colombiano.
La enrevesada explicación del ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, de que
no se trató de un operativo de rescate, sino de búsqueda, no es más que un
precario eufemismo que no alcanza a tapar la perfidia de un gobierno ni su
desprecio a normas esenciales del Derecho Internacional Humanitario. Si
universalmente es aceptado que el rescate militar entraña un riesgo, la
responsabilidad del éxito o fracaso, siempre es imputable a quien lo asume.
Durante más de
una década los prisioneros que perecieron en la fracasada operación militar en
las selvas del Caquetá, fueron mantenidos con vida por los guerrilleros de las
FARC. Los queríamos vivos, porque buscamos el canje de prisioneros de guerra
que desbroce el camino hacia la paz. Nunca los quisimos muertos. Los mató un
gobierno indolente que no entiende de humanidad y no valora la vida de sus
soldados. El canje reciente de más de 1.000 prisioneros palestinos por un
soldado israelí, laceraba la mezquina conciencia de Juan Manuel Santos. No quería
mirarse en ese espejo.
Acostumbrados a
imponer una guerra sin reglas, a la degradación que encarnan los “falsos
positivos”, a la eliminación física del pensamiento revolucionario, a la
criminalización de la opinión y la protesta, a las masacres, a las fosas
comunes y al desplazamiento forzoso de la población, pretenden ahora que se los
consagre el derecho perpetuo a la impunidad. Quien debe ser conducido a los
tribunales, es el otrora ministro de los “falsos positivos” que hoy ostenta la
banda presidencial.
Hacia la libertad después haber compartido las mismas condiciones como los guerrilleros, en montañas y selvas. FOTO: ALVAN. |
Colombia entera
anhela salir de la larga noche de la violación de los derechos humanos desde el
poder. Las denominadas “locomotoras del desarrollo” de Santos recorren el país
enloquecidas generando muerte, pobreza y destrucción del medio ambiente. El 70%
de la población colombiana vive en la pobreza, miles mueren en las puertas de
los hospitales porque no hay derecho a la salud pública, no hay gobierno que
atienda a los millones de damnificados por el invierno, la privatización avanza
implacable en todos los sectores, la actividad secular de los mineros
artesanales es criminalizada para dejar en manos del capital internacional la
extracción de recursos. Blindadas por la política de la seguridad
inversionista, alentadas por una legislación laboral que lesiona los intereses
de los trabajadores, las locomotoras de las transnacionales, siguen su avance
destrozando la soberanía y el derecho a la vida digna.
En el trasfondo
de la campaña mediática manipuladora en torno a la muerte lamentable de unos
prisioneros de guerra, distinguidas señoras, está el afán del gobierno de
distraer la atención de un país que ha empezado a protestar contra los
desafueros del poder y a movilizarse por sus derechos. Con su doble moral el
presidente Santos alienta marchas para azuzar la guerra, cuando Colombia lo que
necesita es la gran marcha del pueblo por la paz y la soberanía.
A pesar de los
hechos, la lucha por el canje de prisioneros y por la paz de Colombia, no se
detiene. Redoblaremos esfuerzos en ese sentido porque es el anhelo de las
inmensas mayorías y porque queremos rendir tributo a un hombre alzado en armas,
llamado Alfonso Cano, que siempre se jugó la vida, consecuentemente, por la
solución política del conflicto, el canje de prisioneros, la paz con justicia social,
la soberanía y la dignidad de los colombianos.
Seguiremos
explorando con ustedes todas las vías que nos puedan conducir a este noble
propósito y a concretar, en el marco de la nueva situación generada, y en
cumplimiento de la voluntad del inmolado comandante Alfonso Cano, la liberación
unilateral de los prisioneros de guerra que en misiva anterior les anunciamos,
a pesar de que algunos de ellos cayeron en el insensato intento de rescate
militar.
Finalmente,
permítannos transmitirles nuestro pesar por la desaparición física de Danielle
Miterrand, destacada líder mundial de causas humanitarias y vocera de las
mujeres del mundo, que al lado de ustedes, luchaba denodadamente por la
solución política del conflicto social y armado que desangra a Colombia.
Compatriotas,
Secretariado del
Estado Mayor Central de las FARC-EP