måndag 13 juni 2011

El Thermidor Venezolano

Por Alberto Pinzón Sánchez




Siempre he sostenido que el desarrollo de los disímiles procesos sociales que se desenvuelven tanto en Colombia como en Venezuela, están íntima y esencialmente unidos: forman parte de una sola contradicción, que gústenos o no, se enraíza en nuestra Historia secular. Por tal razón, es legítimo referirse y plantear la discusión sobre el “Thermidor” que se  aproxima, en el proceso democrático vivido por el pueblo trabajador venezolano.

Un amigo, refiriéndose a los últimos y más notorios hechos sobre la conformación de una fuerza policial conjunta colombo-venezolana de caza recompensas para capturar “guerrilleros” colombianos, quienes por una u otra razón hubiesen cruzado la invisible frontera que desde la época colonial enfrenta nuestros dos países; me escribe diciendo que “el presidente Chávez ha dado un giro de 360º grados”. Le he respondido que es la mejor caracterización del momento actual: El Presidente Chávez después de un salto mortal ha vuelto a quedar en el sitio donde comenzó su asenso al poder de Venezuela.

Varias son las diferencias (que siempre han existido) y hemos pasado por alto,  dominados por una ingenuidad a todas luces inexplicable, al analizar sistemáticamente el proceso social venezolano:

Primera: Se ha creído que el “Culto oficial  al Libertador”, y la empobrecida visión únicamente “civilista” de nuestro Padre Simón Bolívar, hegemonizada por “el chavismo” (por llamarlo de alguna manera) es la única y verdadera “línea correcta”. Olvidándose  dolorosamente, que desde hace mucho tiempo, han existido en Colombia otras visiones o lecturas totalmente diferentes y hasta opuestas a esta: Más integradoras y completas, que a la luz  del método Marxista actual y enriquecidas con las cosmovisiones, prácticas, y Resistencias milenarias de los trabajadores de nuestras Comunidades Indígenas y Afro-descendientes, han marcado diversas rutas en la difícil y larga tarea de conquistar la segunda independencia de Nuestra Patria Grande: Simón Bolívar fue por sobre todo un hombre integral que supo combinar sabiamente las teorías más avanzadas de su época con una praxis consecuente. Un genial conductor Político-Militar de la lucha anticolonial en la crisis terminal del Imperio Español.

Segunda: Se ha aceptado acríticamente, sin beneficio de inventario o mejor alegremente, que el ascenso al Poder del actual presidente venezolano Hugo Chávez,  significó la apertura de un proceso revolucionario dentro de Venezuela, y más aún, que conduciría al Socialismo del futuro en nuestro continente. Velándose un poco el análisis meticuloso y exhaustivo de las clases sociales en movimiento en la época Imperialista actual recomendado por los maestros del proletariado mundial; cuando a lo sumo (hoy dolidos lo confirmamos en los hechos) se trató de la apertura de un proceso “democrático” amplio, es verdad, el cual durante algo más de una década desmontó parcialmente una clase social, la oligarquía  tradicional  entregada a EEUU de Carlos Andrés Pérez y Caldera, para dar paso a una clase media de tecnócratas negociantes y burócratas petroleros en asenso, acostumbrados a las coimas en petro-dólares, a quienes los trabajadores venezolanos llaman con gran sabiduría “la Boli-burguesía”, que actualmente ha ocupado definitivamente el poder del Estado venezolano sin alterar  esencialmente el cuadro general de las relaciones de producción y de explotación del hombre por el hombre, y ahora es la encargada de adelantar en los hechos el “Thermidor” venezolano.

Tercera: La insurgencia colombiana en el ultimo comunicado del EMC de las FARC, aparecido en su 47 aniversario, ha dado a todas luces, el tan esperado salto cualitativo trascendental, que sin ningún menosprecio, diferencia y separar radicalmente el proyecto transformador en Colombia, del modelo tradicional “revolucionario cubano” aceptado comúnmente como único válido en Nuestra America. El modelo cubano que implica la llegada apoteósica a la capital, de una guerrilla político-militar  vencedora militarmente sobre un corrompido ejército armado por los EEUU, para derrocar la alianza de clases dominante e iniciar la construcción radical de un nuevo Estado socialista con sus trasformaciones revolucionarias indiscutibles; ha sido replanteado en Colombia como una Solución Política al histórico conflicto social-armado y una movilización de masas del Pueblo Trabajador para imponérsela a la Oligarquía Trasnacional dominante, y así construir una Nueva Colombia. Es decir ha quedado claro, que el objetivo estratégico revolucionario en Colombia no es Militar única y solamente, sino esencialmente Político y ese replanteamiento estratégico ha acelerado el Thermidor venezolano y su alianza policial contrainsurgente colombo-venezolana.

Cuarta: Desprendido de lo anterior, el modelo diplomático “internacionalista” de supeditar los cambios y trasformaciones revolucionarias en otros países, a los intereses de la “patria socialista amenazada” en ese momento, hizo crisis hace mucho tiempo no solo en Europa sino en America. Los procesos trasformadores son internacionalistas, pero se desarrollan en el marco de cada Estado nacional contra su propio bloque de clases dominante, y solo está supeditado a los intereses de las masas trabajadoras de cada país. Así pues que, la utilización que se hizo inicialmente de las FARC para mostrar internacionalmente el proceso venezolano como muy antiimperialista, revolucionario o internacionalista, ya no le sirve a la “Boli-burguesía” quien ahora los deshecha y persigue, porque como Jacobinos y Sans-culottes radicales, no les son  funcionales a sus intereses involutivos o Thermidorianos.

Pobre Presidente Chávez, la habilidosa Oligarquía Santanderista colombiana lo ha puesto en la disyuntiva real: “O las FARC, o Invasión” (a lo Gadafi). Una vez tomada la decisión en Caracas contra quienes mañana le darán, sin dudarlo, una mano a sus camaradas venezolanos invadidos; el presidente Chávez  para acabar de sellar el pacto policial contrainsurgente conjunto; ha  debido decir públicamente (03. 06. 2011) que lo único pendiente es la entrega por parte de Santos de su archienemigo el golpista Carmona  residenciado en Bogotá. Mientras tanto, la oligarquía “neogranadina” que practica muy bien  el viejo dicho de “con el mazo dando y a dios rogando” le exige a través de su falsimedia más y más “cabecillas guerrilleros de verdad, y no cantautores, ni periodistas suecos de segunda categoría”.

 Lo dicho: el presidente  Chávez ha vuelto a quedar en su postura inicial (eso geométricamente equivale a 360º grados), pero quienes si se han movido son los demás, bien sean amigos o enemigos y en el entretanto, en los hechos, se ha dado inicio al inevitable Thermidor venezolano. 

Fuente imagen: Semana.com