Allende La Paz, NotiColombia Press
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Lunes 04 de Julio de 2011
Lunes 04 de Julio de 2011
Ni tibio, ni frío. Ello parece desprenderse de la alocución del presidente JM Santos en la cual da cuenta de las operaciones militares para “acabar” con la vida del comandante en jefe de las FARC-EP, Alfonso Cano.
Y aunque a nosotros nos gustaría reseñar pasos en dirección de la paz, mientras persista la guerra informaremos de acuerdo con los comunicados y partes de guerra que salgan a la luz pública. En sus hechos relevantes. Y es relevante que lancen mediáticamente operativos en contra la vida de un hombre que siempre y por siempre está planteando la imperiosa necesidad de buscarle una salida política al conflicto interno colombiano.
Es relevantemente cobarde que, a despecho de lo que sucedía anteriormente en la historia de la guerra cuando había un profundo respeto por el contendor, el máximo comandante de las fuerzas militares estatales, JM Santos, desde su puesto de mando lance a sus jaurías en contra del comandante en jefe del ejército irregular, Alfonso Cano. En el arte de la guerra, las cabezas de las fuerzas contendientes exhiben un acuerdo tácito de no agresión propio y de respeto por la vida de su contraparte. Por ello, las FARC jamás han recurrido al ataque selectivo contra el presidente o los ministros del aparato estatal, o sus familias, que muy fácilmente lo ha podido hacer.
Mas JM Santos ha demostrado su profundo desprecio por las normas del Derecho Internacional y no solamente invade territorio de un país vecino -Masacre de Sucumbíos-, sino que realiza secuestros en Venezuela (Joaquín Pérez Becerra, Julián Conrado, etc) y adelanta –silenciosamente- la invasión a territorio venezolano de mil maneras. Contra los comandantes guerrilleros se adelanta la guerra sucia del estado y también contra los familiares de estos comandantes, los cuales no están inmersos en la guerra. Ejemplos hay cientos que ha obligado a algunos a exiliarse en el exterior para resguardar sus vidas.
“Cano y sus cabecillas caerán tarde o temprano”, dice Santos. Ello es posible porque en la guerrilla lo natural es que no se muera de muerte natural y también porque los comandantes guerrilleros no son cobardes que se esconden detrás de los batallones y los helicópteros artillados, sino que van al frente de combate de en defensa de su ideario y su pueblo. Hay que ser, además, claro en el sentido que a pesar de no ser miembro de las guerrillas, no podemos ocultar el hecho político que son ellas –las guerrillas- las únicas que adelantan una contención seria contra la política de guerra que se adelanta desde el estado contra el pueblo.
Por el momento, el propio Santos informa que no le han llegado ni cerca, mucho menos lejos. Y muestra su frustración cuando plantea que “caerán tarde o temprano”, en evidencia de que es un animal que se nutre de la carroña. Es necesario en la guerra que adelanta el imperio y la oligarquía santafesina y narco-paramilitar, mostrar estos hechos porque ellos están en contravía del Derecho Internacional, incluso del Derecho de Guerra. Y lo seguiremos haciendo en el sentido en que la medida que se devele el carácter antihumano de la guerra en Colombia, más y más gentes de todo el mundo se irán incorporando al clamor creciente por buscarle una salida política al conflicto interno colombiano.
Porque la Paz es el bien más preciado del pueblo colombiano.
