fredag 20 maj 2011

BASTA YA del linchamiento contra los periodistas y los críticos de la entrega ilegal del periodista Becerra

OPINIONES:
TOMADO DE KAOSENLARED

Leemos a los censores y calumniadores poner en duda la integridad de la internacionalista Melandri. Leemos que los internacionalistas no somos solidarios con otros presos políticos: bajeza sin límites
intelectuales y artistas contra el linchamiento de periodistas y por la ética | Para Kaos en la Red | Hoy a las 12:38 | 78 lecturas | 2 comentarios

www.kaosenlared.net/noticia/basta-ya-linchamiento-contra-periodistas-criticos-entrega-ilegal-perio


BASTA YA del linchamiento contra los periodistas y los críticos de la entrega ilegal del periodista Becerra
Leemos a los censores y calumniadores poner en duda la integridad moral de la internacionalista Annalisa Melandri; porque Annalisa Melandri renunció a la redacción de Alba internazionale, justamente por la intolerancia a la crítica. Esto dicen los que calumnian a Melandri: "quien es Melandri!  Además de ser una "comunista italiana"  supongo que frustrada porque su partido Refundación comunista apneas se come una mierda en Italia está en laórbita del PC de Venezuela. Pero espero que me saques de dudas y me ilustres con las hazañas de esta revolucionaria de lujo."(en comentarios a su carta de renuncia dedibo a la intolerancia a la crítica:http://www.kaosenlared.net/noticia/siguen-renuncias-intelectuales-debido-intolerancia-critica-entrega-per)
Leemos a diario centenares de calumnias contra el periodista Pérez Becerra, y contra los periodistas que han rechazado su entrega y que piden que se abra el debate. Entre los más calumniados está Dick Emanuelsson, gran periodista, internacionalista, que arriesga su vida a diario para reportar desde Honduras, al lado del pueblo. Emanuelsson está siendo calumniado de manera abyecta en la red por personas que recurren a las calumnias más bajas, e incluso esas personas censoras han logrado convencer a parte de BYCR; pero varios  miembros de BYCR sí han  hecho oir sus voces contra la exclusión de Emanuelsson. Otro de los más calumniados es Narciso Isa Conde, gran internacionalista, comunista dominicano, él mismo ha sufrido cárcel y persecución, y claro que no se va a quedar callado ante esto, por más calumnias de los censores que se viertan para dejar intocada la aberración cometida contra el periodista Becerra, y la violación al DIH y a la constitución venezolana.  Otro de los periodistas que ha sufrido linchamiento en redes es el venezolano Luis Britto, compañero revolucionario: por haber emitido un texto muy apegado a las leyes y la ética, sin subjetividad alguna, ahora es víctima de toda suerte de calificativos y subjetividades en su contra.
No podemos tolerar más este linchamiento, porque esto sí que es un linchamiento, porque recurren a mentiras y a calumnias. Los críticos a la entrega solo decimos la verdad, apegada a las leyes y al DIH, verdad apegada a la ética; lo que les pedimos es que argumenten, pero que si carecen de argumentos, no echen mano de la calumnia: no pueden seguir envileciendo de esta forma los medios alternativos.
Lo que más duele, es que esos censores y calumniadores, en vez de estar apoyando para liberar a Joaquín y pedir al gobierno de Venezuela que pida la retroacción de la entrega, que puede y debe hacerlo, ocupan sus días en enlodar a los periodistas críticos y a los internacionalistas.
Leemos al Señor Escusa, escribir y sostener en un artículo que los internacionalistas no somos solidarios con otros presos políticos: bajeza sin límites, pues justamente por solidaridad constante y no oportunista, es que conocemos perfectamente la situación de los presos políticos del continente americano y allende los mares. 
Y en nuestras páginas pueden ver los casos denunciados desde hace años: un trabajo constante y no puntual. Hay una página por los presos del continente americano, y el señor Escusa nunca nos ha ayudado a trabajar en ella, lo hacemos los internacionalistas: desde hace años con los Macheteros de Puerto Rico, con el pueblo colombiano, con los presos en el imperio, con los presos políticos peruanos, con los presos políticos chilenos, los paraguayos, con TODOS los encarcelados por su opinión, y cómo no, con Joaquín Pérez Becerra, así quieran ocultarlo.
El caso del independentista puertorriqueño Norberto González Claudio, capturado el 10 de mayo de 2011 por el FBI norteamericano en Puerto Rico y extraditado a Estados Unidos, fue publicado en las principales páginas internacionalistas, incluso hay una campaña por su libertad (¿La obvia adrede el señor Escusa?).
Los independentistas puertorriqueños que hacen parte del MCB, han sido, y son de los más críticos contra la entrega de Becerra por parte de Venezuela:    además, lo que hace este caso más grave que cualquier otro caso, es el hecho que Becerra no fue entregado por un gobierno abiertamente de derecha; sino que Venezuela pudiendo ampararse en las leyes (debiendo hacerlo), eligió violar las leyes para complacer e EEUU y al Estado colombiano en su persecución al pensamiento crítico.
Dice el señor Escusa, en este artículo http://www.kaosenlared.net/noticia/linchamiento-hugo-chavez-heinz-dieterich-presos-politicos-doble-moral-Muchos no tendrán el derecho a ser recordados. No figurarán jamás entre los comunicados de protesta de insignes intelectuales izquierdistas y premios Nóbel. Sus nombres pasarán sin pena ni gloria por el escaparate de la izquierda de la doble moral sin que ésta sienta ningún remordimiento. No sirven para dar publicidad a bonitas campañas internacionales rebosantes de buenismo humanitario izquierdista, no dan prestigio a muchas ilustres personalidades, intelectuales de renombre e izquierdistas radicales de lo políticamente correcto. No son mediáticos. No son útiles. Son prescindibles.
Entre ellos figuran luchadores políticos, guerrilleros, presos del imperialismo y otros nombres que no sirven para determinados fines de la izquierda del buenismo humanitario y de lo políticamente correcto. Tomemos el último caso: el legendario independentista puertorriqueño Norberto González Claudio, líder del Ejercito Popular Boricua, capturado el 10 de mayo de 2011 por el FBI norteamericano en Puerto Rico –actual colonia yanqui­- y extraditado a Estados Unidos, donde será juzgado por el robo de un banco el año 1983 para financiar la lucha patriótica de su país. A Norberto, de 65 años de edad y 25 de vida clandestina, le acusan de todas las acciones combatientes de los llamados “macheteros”, por lo que le puede caer una condena de 275 años de prisión. Pero Norberto no recibirá muchas muestras de cariño por parte de izquierdistas radicales indignados, ni las páginas de Internet se llenarán de comunicados y protestas incendiarias contra la extradición a la metrópoli, ni los intelectuales bienpensantes moverán un dedo por él. Casi nadie en el extranjero conocerá su causa: Norberto ha tenido la desgracia de no ser extraditado por el gobierno de izquierdas de Venezuela. Norberto no es un preso mediático. No es útil. Es prescindible.”
Y publica en kaos, la foto de Norberto González con este comentario: El pobre Norberto ha tenido la desgracia de no ser deportado por Chávez”.
¿Puede alguien imaginarse recurso más bajo de calumnia contra los periodistas críticos de la entrega que estos procederes utilizando al compañero Norberto González, y tratando de sembrar cizaña?
Pero no lo va la lograr el señor Escusa; porque los hermanos puertorriqueños están entre nosotros, solidarios siempre, y forman parte de los más críticos a la medida de entrega ilegal del periodista Pérez Becerra. 
No deberían buscar sembrar cizaña el señor Escusa y los demás censores; no deberían enlodar con calumnias a   los internacionalistas: pero lo que pasa es que ellos entienden la justa crítica como un "ataque" y por eso actúan de manera tan irracional y tan baja, recurriendo a métodos insidiosos, mentiras y calumnias a todo dar, para tratar de evitar que se de el sano debate.
Señores censores, aquí los que critican la medida de la entrega ilegal son revolucionarios, y han apoyado al proceso venezolano en lo bueno, pero quieren que cesen los acuerdos de entregas de perseguidos políticos: ¿es tan difícil de entender eso? 
Ese entendimento tan intolerante de los que usan la calumnia contra los periodistas críticos y los internacionalistas, se ve reflejado en esta frase, el título del artículo de Escusa, que miente al decir que Norberto González no tiene la solidaridad de los internacionalistas, que más que los 'Escusas' llevamos años con la causa de los presos políticos:  "El linchamiento de Hugo Chávez: Heinz Dieterich, los presos políticos y la doble moral de la izquierda bienpensante"
O sea: para los que recurren a las calumnias contra los periodistas críticos e internacionalistas, lo que hay es un "linchamiento" de Chávez: tratan de invertir la realidad, el mundo patas arriba. A ver señores: el linchamiento (y más) lo sufrió, y sufre, el periodista Joaquín Pérez Pecerra, y lo sufren los críticos de la entrega, de parte de un Estado, con todo su poder, y por parte, también, de sus calumnias: no vamos aquí a tratar de invertir las cosas, un poquito de honestidad. 
No sigan con esas calumnias: se envilecen a ustedes mismos con esas calumnias que publican incesantemente, como esta que recurre a envilecer a los sobrevivientes del un terrorífico genocidio:
“¿Cómo sabemos, a estas alturas, que Joaquín Pérez Becerra es AUTÉNTICAMENTE un compañero? ¿Cómo sobrevivió y pudo salir de Colombia, cuando todos los demás murieron, en ataques furibundos?”  
Lo anterior fue publicado ej BYCR por una de las personas que más ha arremetido contra Emanuelsson, reservamos el nombre de esta persona por pudor con ella, y para ver si se decide a pedir disculpas públicas a los sobrevivientes de un genocidio y cesa las calumnias contra Emanuelsson.            
El señor Escusa USA a nuestro compañero Norberto de Puerto Rico; para enlodar a los críticos: esa bajeza no puede seguir.
Estas calumnias contra los periodistas críticos se pueden leer en los foros, y en los espacios que dan posibilidad de comentarios a los artículos, igualmente circulan por las listas google y yahoo. Pero no son casos aislados: obedecen a la criminalización de la crítica cuyos lineamientos han sido trazados desde arriba, y son testimonio de carencias políticas graves. Lo más terrible es que en algunos espacios "alternativos" estas calumnias son publicadas como "artículos", tejidos de insultos y frases insidiosas son publicados como artículos, mientras que artículos serios, con investigación e innumerables fuentes son censurados en esos espacios. Censuran a Luis Britto, a Maurice Lemoine, a Hugo Gómez, a Azalea Robles, a Emanuelsson, a Gonzalo Gómez, a tantos que han escrito artículos muy bien sustentados, mientras que dan cabida a hojas de calumnia, dignas de cualquier periodico de la derecha secular. ¿Cómo es posible que algunos medios "alternativos" hayan caído tan bajo?
Las mismas calumnias de "trabajar para el imperio"   y de ser "agentes de la CIA", y de "linchar a Chávez" aplicadas a Emanuelsson, a Isa Conde, a Annalisa Melandri,   a Luis Britto se han vertido sobre el fundador de Aporrea, Gonzálo Gómez, un compañero intachable y solidario. Lo mismo ha pasado con inumerable cantidad de compañeros y compañeras como las periodistas e internacionalistas Ingrid Storgen, Ninfa Monasterios, Sulata Taruka, Ilenia Medina, Luisa Ruíz, compañeras probadas en su solidaridad que han sido calumniadas en la redes incluso con insultos machistas irrepetibles. También abundan las calumnias contra el propio partido comunista de Venezuela PCV, por haberse atrevido a denunciar la violación al DIH y a la constitución venezolana. También circulan calumnias contra la periodista que tuvo el 'atrevimiento' de entrevistar a un abogado experto en DIH para saber si había sido ilegal lo cometido con Pérez Becerra en Venezuela. Calumnias ha sufrido también Hugo Gómez por escribir un excelente texto; ha ocurrido lo mismo con el Francés Maurice Lemoine, cuyo texto también es muy apegado a las leyes, ha ocurrido con Luisa Ruíz que ha escrito uno de los artículos más completos y revolucionarios que buscan que el proceso en Venezuela se profundice y no se derechice, y con incontables compañeros que no podemos aquí nombrarlos a todos, siendo para los censores el diablo en persona el sociólogo Dieterich, por haberse atrevido a escribir tres artículos sobre el tema. Y por supuesto que  hay espacios "alternativos" totalmente vetados para estos artículos, y el que se atreva a colgarlos es echado del espacio en cuestión, por eso muchas personas en varios de estos espacios que aplican la censura se han mantenido amedrentados y silenciados en estas semanas. Algunos escriben poemas, como manera de tratar de decir lo que les es prohibido hoy por los compañeros de ayer... 
Ya basta de acusar de "contrarrevolucionarios" a los críticos de la entrega del periodista Becerra. Somos muchos, y somos revolucionarios, por eso mismo no apoyamos la censura, ni la calumnia, para tapar lo cometido contra el periodista Becerra.
  Ha habido un sector crítico y revolucionario en Venezuela que ha adelantado la ética y el respeto del DIH como puntos irrevocables, y que ha articulado los análisis entorno a la verdad y la argumentación, y no entorno a la descalificación del que piensa diferente; ha habido un sector importante del pueblo venezolano consciente de que si este debate no se da abiertamente, eso sí que es    hacerle el favor al imperialismo y a la derecha del PSUV; y este sector ha sido víctima de insultos e improperios de todo tipo, desde la trillada señalización de ser “contrarrevolucionarios”,  hasta insultos más personales.  
En este sector solidario y digno destaca la labor del partido Comunista de Venezuela, y en la intelectualidad crítica destacan nombres como Luis Britto que dejó muy claro en un artículo que la entrega del periodista era no sólo infractora del DIH, sino totalmente inconstitucional, y emitió su crítica desde la preocupación por el mismo proceso venezolano que muchos hemos defendido, y que no podemos tolerar verse sumido en prácticas ilegales y en pactos represivos:    “(…) lo dicen las leyes y los tratados (…) El que en otros países no exista Estado de Derecho no es razón para que éste deje de existir en Venezuela. (…) Secuestrar a un comunicador social y entregarlo por la fuerza a un país del cual no es nacional; a un país donde fueron asesinadas su esposa y cinco mil copartidarios; donde en tres años se cuentan más de 38 mil desaparecidos (…)ciertamente representa un peligro para él, y para quienes confiamos en que constituciones, leyes y derechos humanos eran más que últimas palabras(artículo de Luis Britto "extradición").   
Citamos una parte del Llamado a la ternura de otra compañera internacionalista:
Criminalizar al periodista y a la crítica:
·  Mentiras en complicidad con el genocidio, que asfixian al proceso venezolano 
Un amplio sector mundial y venezolano ha repudiado la entrega del periodista; lamentablemente desde el gobierno venezolano se ha respondido con poca humildad, y criminalizando al partido comunista de Venezuela y a las demás organizaciones críticas de la medida (16). Ha habido una censura mediática impulsada desde la alta cúpula ministerial a los medios oficialistas. La derecha infiltrada en puestos claves del propio PSUV ha marcado la consigna de intolerancia al pensamiento. Desde la captura se ha presentado al periodista como un “terrorista” en los medios oficialistas de Venezuela, copiando y pegando el comunicado de Bogotá, y condenándolo sin previo juicio. Asimismo se ocultó la nacionalidad sueca del periodista mientras se dio tiempo a entregarlo a manos de sus captores colombianos.
Luego, tras la entrega, la censura sigue en los medios oficialistas: los cuales recurren a crear una matriz de opinión que criminaliza al periodista y que criminaliza la solidaridad y el pensamiento, y  cuya cúspide de lo absurdo podría sintetizarse así:  “si criticas la medida tomada por Chávez eres de la CIA”.  Evidentemente este accionar no encuentra una aceptación unánime en el pueblo venezolano, y varios medios alternativos, organizaciones revolucionarias de base, el PCV, artistas e intelectuales no entienden la intolerancia y la estigmatización del debate como algo revolucionario. La censura ha llegado tan lejos que la directora de la Radio del Sur ha sido destituida: Radio del Sur es uno de los pocos medios venezolanos que se han atrevido a informar sobre la entrega del periodista, y a cuestionar acerca de los acuerdos Chávez-Santos en materia de entrega de perseguidos políticos.
Está claro que el secuestro y la entrega del periodista al régimen colombiano han despertado cuestionamientos esenciales que  según como se de el debate, y sobretodo si se logra dar pese a la intolerancia, marcarán ya sea el fortalecimiento del proceso venezolano en un camino hacia algo más justo que el capitalismo, o bien marcarán el inicio tangible de su deterioro en medio de la criminalización de la solidaridad y la crítica.
Lamentablemente la derecha del PSUV ha manejado la cuestión mediáticamente de tal manera que ha cooptado a muchas personas honestas, adhiriéndolas a la causa de la censura mediante el convencimiento de que la crítica ‘le hace mucho daño al proceso’, cuando no es la crítica la que le hace daño, sino la falta de crítica y el encubrimiento de estos hechos. Esto se expresa en un comunicado que llama a (17):  “Cuiden a esta Revolución que es de todos.”  Cómo si no la cuidáramos los que criticamos justamente una medida que la vulnera y que destruye su fibra ética.  “(…) No la utilicen de manera poco solidaria. No la sometan a riesgos innecesarios.”  Esto es un eco de la propaganda que criminaliza al periodista aduciendo que fue él el que  “sometió a la revolución a riesgos innecesarios”,  y de ninguna manera podemos aceptar que se criminalice a la víctima y se nos chantajee para que nos quedemos callados ante la evidente injusticia. En lo personal, y es una opinión compartida por muchos, seguiré apoyando lo bueno del proceso venezolano, pero no voy a apoyar la violación del DIH, ni la entrega de perseguidos políticos, ni los pactos grises Chávez-Santos, ni los manejos ilegales ejercidos contra personas como fue el caso contra el periodista Joaquín Pérez Becerra. Y por lo tanto se debe dar el debate y los pueblos tienen derecho a conocer el tenor y alcance de los acuerdos Chávez-Santos en materia de “cooperación e inteligencia militar”.
La defensa de lo indefendible ha incurrido en las argumentaciones más bajas, publicadas sin reparo en medios venezolanos que habían sabido ganarse por su trabajo el respeto y cariño de los pueblos. Esperemos que esta línea de calumnias y criminalización se rectifique y no empañe más la trayectoria de estos medios. Estas bajezas van desde llamar al periodista “terrorista”, replicando el patético comunicado del ministro Andrés Izarra, pasando por artículos de opinión que articulan su  “defensa”  de la entrega del periodista entorno a bajezas como: “¿Qué colombiano no se hace el sueco?”  o bien en la estrategia de criminalizar a la crítica, como lo hace Iván Maiza en el artículo estrella de Telesur, que llega a decir que los colombianos de izquierda  "trabajan para el DAS", y uno entonces puede preguntarse si no es él el que trabaja para el DAS, dado su proceder de mentira, calumnias y señalamientos para  generar odio contra los críticos.
También hemos tenido que leer toda suerte de expresiones racistas de tipo:  "Porqué tienen que venir a Venezuela?",  y vemos morir la inteligencia en frases como:  "¿Si ese señor estaba tan bien en Suiza (sic.) por qué no se quedó allá y tuvo que venir a Venezuela?" 
Pululan cosas tan insidiosas contra los sobrevivientes de un genocidio como:  “¿Cómo sabemos, a estas alturas, que Joaquín Pérez Becerra es AUTÉNTICAMENTE un compañero? ¿Cómo sobrevivió y pudo salir de Colombia, cuando todos los demás murieron, en ataques furibundos?” (18)
Hay censura, calumnias contra la víctima y los críticos, y a la par hay un poderoso chantaje emocional para mandar a callar a los críticos, en que se los culpabiliza de todos los males del mundo por atreverse a expresar la crítica: se apela a la idea absurda según la cual si los críticos de la aberrante medida llaman al debate abierto, enseguida aparecen en el horizonte las tropas de marines estadounidenses, prestas a atacar lo logrado. Y todo sería por culpa de los críticos a la violación al DIH y al secuestro de un periodista. Se olvidan esos chantajistas que es la censura la que acaba con el proceso, pues fortalece a la derecha del PSUV. Y se olvidan de que Washington salió a dar sus felicitaciones a Chávez por la colaboración en la imperial “lucha contra el terrorismo” que no es otra cosa que la cacería humana moderna contra todo aquel o aquella que adelante un pensamiento crítico y verdaderamente revolucionario.
Esta lógica retorcida de culpar al periodista de la violación al DIH de la que fue  víctima  por parte de las autoridades venezolanas hace escuela en censores de todo tipo: la línea la trazan los medios amordazados y direccionados por Izarra, y luego a esta línea indecorosa se unen personas de la derecha del PSUV y también personas honestas pero tremendamente cegadas por el chantaje emocional imperante. La expresión de esta línea censora se recoge en frases populares como:  “Cualquier ciudadano que sospeche que pueda estar en las listas del gobierno colombiano, cuya fuente son la computadoras de Raul Fuentes … lo que tiene que hacer es no ir a Venezuela, porque con esta acción perjudica, y comprometa la revolución bolivariana, convirtiéndose, en un arma arrojadiza contra esta”  (sic) (19)
Es el mundo al revés. La conclusión lógica que habría que sacar es que hay que exigir a Venezuela que respete el estatuto del Refugiado, el DIH, y la propia constitución venezolana; en vez de pedirles a los colombianos que eviten ir a Venezuela. Pero los adalides de la lógica retorcida pretenden vetar Venezuela a los colombianos, en esa ‘lógica’ alienante de culpar al periodista de lo que fue víctima por parte de las autoridades venezolanas. Qué nivel de alienación. Es como decir:  "si las mujeres saben que se exponen a ser violadas, que no salgan solas a la calle, y que no vistan de tal o cual manera, porque están provocando a los hombres"  o como lo que dicen las mentes más enfermizas acerca de las víctimas de violencia de género:  “si ese hombre le pegó es porque ella se lo buscó”
Uno de esos articulistas del ejército de alienantes, se preguntaba indignado:  “Por qué si Becerra estaba tan bien en Suiza (sic.), no se quedó allá con todas las comodidades, y tenía que venir a molestarnos a Venezuela! ¿qué buscaba ese inconciente?”
La misma cosa es dicha de manera menos burda, pero no menos absurda y criminalizante de la víctima y los críticos, por Luis Bilbao, quien aduce que no se puede “gemir” por “hechos consumados” (violación al debido proceso y DIH):  “Quien obre por decisión o inadvertencia contra la concreción de la Celac, está haciendo algo muy grave(…) Y quien apele a la política de los hechos consumados, no puede gemir luego porque encuentra frente a sí, también, hechos consumados.” (20)
Desde la tribuna presidencial se ha arremetido contra los militantes de izquierda venezolanos y latinoamericanos que han protestado, tratándolos de  “Ultras”  de manera peyorativa. Varios voceros de la corriente censora, afirman que la detención se debió a que Pérez llegaba a Caracas a  “sabotear”  la reunión integracionista de la llamada Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños. Lo cual es repetido con más o menos intensidad por multitud de artículos de opinión, que obvian olímpicamente quela martillada tesis de la  “trampa”se desvanece ante la evidencia de que había multitud de leyes bajo cuyo amparo  el gobierno venezolano hubiera podido proceder de otra manera.
·  El genocida Yair Klein tuvo acceso al debido proceso que las autoridades venezolanas le negaron al periodista: evitó la circular de Interpol 
La trillada mentira de que la circular de Interpol exigía ese proceder ilegal es una de las falacias más enormes con que se pretende tapar lo cometido contra el periodista.
Por más circular roja de INTERPOL (que todavía no se sabe si existió):  una circular de interpol no da derecho a secuestrar a un ser humano.  Se debe proceder legalmente.  Y las autoridades venezolanas se saltaron el debido proceso: si no se lo hubieran saltado, Joaquín Pérez Becerra estaría en Suecia, con su hija de 10 años y su segunda esposa; y no estaría en una celda en manos de sus verdugos, entregado por Venezuela a manos de quienes torturaron y asesinaron a su primera esposa. Es un perseguido político, amparado por la Convención contra la Tortura y el Estatuto del Refugiado: no procedía el entregarlo al país del cual huyó.
Hasta el mercenario Israelí Yair Klein, entrenador de paramilitares en desmembrar personas vivas con motosierra, anda libre pese a que tuvo una circular de Interpol, y está libre porque los tribunales se negaron a entregarlo, tras el debido proceso, aduciendo que era "victima de persecución política": razón por la cual se cancela la extradición y circular de Interpol. Obviamente que en el caso de Yair Klein protegieron cínicamente a un genocida; y si la legalidad ampara hasta a un genocida para que se pueda evitar una circular de INTERPOL, con más razón lo puede hacer un sobreviviente y refugiado político como el periodista Pérez Becerra. (21)
Igual pasó con los banqueros venezolanos prófugos de la justicia venezolana: también adujeron "persecución política" y andan libres. Pero tuvieron acceso al debido proceso.
En cambio Venezuela secuestró al periodista Pérez Becerra (incluso se saltó el Habeas Corpus interpuesto), lo privó del proceso legal, en el cual hubiera aparecido como obvio que la extradición No procedía y se hubiera evitado fácilmente. El periodista es sobreviviente de un genocidio político de todo un partido (la Unión Patriótica, UP): el genocidio político consta ante la CIDH, no es un secreto, es un hecho histórico reconocido.
El periodista Pérez Becerra fue uno de los pocos concejales de la UP que quedó vivo, en total 5000 asesinados por el Estado colombiano. La entrega del periodista fue un crimen en clara complicidad con el genocida régimen colombiano, en su tarea se silenciar la información y el periodismo alternativo. Resulta indigno a ultranza que hoy en algunos de los mismos medios alternativos que deberían ser los primeros en solidarizarse con el periodista Pérez Becerra, se intente tapar la infamia de su entrega con más infamias: calumniándolo y mancillando la memoria de las víctimas de un genocidio que hoy por hoy, al momento de escribir estas líneas, se intensifica.
Serían incontables los ejemplos de ese intento de esconder la realidad con calumnias, mentiras, racismo, criminalización del periodista, teorías del complot, chantaje emocional, etc.
·  Ha habido igualmente un sector apegado a la ética, que cabe destacar 
Cabe resaltar que también ha habido un sector crítico y revolucionario en Venezuela que ha adelantado la ética y el respeto del DIH como puntos irrevocables, y que ha articulado los análisis entorno a la verdad y la argumentación, y no entorno a la descalificación del que piensa diferente; ha habido un sector importante del pueblo venezolano consciente de que si este debate no se da abiertamente, eso sí que es  hacerle el favor al imperialismo y a la derecha del PSUV; y este sector ha sido víctima de insultos e improperios de todo tipo, desde la trillada señalización de ser “contrarrevolucionarios”,  hasta insultos más personales. En este sector solidario y digno destaca la labor del partido Comunista de Venezuela, y en la intelectualidad crítica destacan nombres como Luis Britto que dejó muy claro en un artículo que la entrega del periodista era no sólo infractora del DIH, sino totalmente inconstitucional, y emitió su crítica desde la preocupación por el mismo proceso venezolano que muchos hemos defendido, y que no podemos tolerar verse sumido en prácticas ilegales y en pactos represivos:  “(…) lo dicen las leyes y los tratados (…) El que en otros países no exista Estado de Derecho no es razón para que éste deje de existir en Venezuela. (…) Secuestrar a un comunicador social y entregarlo por la fuerza a un país del cual no es nacional; a un país donde fueron asesinadas su esposa y cinco mil copartidarios; donde en tres años se cuentan más de 38 mil desaparecidos (…)ciertamente representa un peligro para él, y para quienes confiamos en que constituciones, leyes y derechos humanos eran más que últimas palabras.(22). 
También destaca Gonzalo Gómez, fundador de Aporrea.org, en su artículo  “En el caso Pérez Becerra había otras opciones ¿Por qué se escogió la peor?”,  expresa:  “Las razones dadas por el gobierno y por nuestro presidente han sido muy poco convincentes. Pero además falta un toque de humildad y de respeto hacia la opinión y los sentimientos de los demás, en función del diálogo y de la unidad de todos los que damos la vida por el proceso revolucionario bolivariano (…) Los métodos extraviados nos queman a todos al mismo tiempo, queman a la revolución que estamos impulsando. El gobierno se está inmolando. Le está infiriendo una inmensa herida a franjas importantes del movimiento popular venezolano, al sentimiento de confianza (…) No es sólo cosa del PCV (…) ni de la despreciada “ultraizquierda” que sólo es buena para morir por Chávez en Puente Llaguno. Los movimientos sociales y progresistas, las organizaciones de izquierda que nos han defendido en todas partes han temblado de indignación(…) O hay diálogo con el pueblo o este proceso entrará en una fase de gravísimas dificultades.” (23)
Lucía Ruíz anota con mucha pertinencia que:  Acontecimientos importantes permiten que afloren nobles y éticos principios, o en su defecto, perversas pasiones y falencias ideológicas. El secuestro y entrega expres de Joaquín Pérez Becerra al Estado terrorista de Colombia es uno de estos casos que nos permite valorar en su justa dimensión el derrotero demo-liberal a que viene siendo sometido el proceso bolivariano de Venezuela, por la derecha endógena en la dirección del PSUV y el gobierno central. El ‘asunto Pérez’ de sopetón tumbó la máscara dejando al descubierto todas las vergüenzas y quiebras ideológicas.(…) Por un lado está la deplorable y arbitraria posición asumida por Chávez y su gobierno, que pisoteó la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, que reza así el “Capítulo III,  De los Derechos Civiles  ,  Artículo 44 (…)  Toda persona detenida tiene derecho a comunicarse de inmediato con sus familiares, abogado o abogada o persona de su confianza (…) Respecto a la detención de extranjeros o extranjeras se observará , además, la notificación consular prevista en los tratados internacionales sobre la materia  .” (24)
Y señala: “No solamente se asume orgullosamente la política antiterrorista imperial sino que se enriquece con creces los postulados de ésta. En la pretendida defensa de la “papa caliente” que hiciera el presidente Chávez queda claramente demostrado hasta donde se ha llegado a abrazar esta política antiterrorista gringa, en la que alumno supera al profesor: “[…]Se bajó en Maiquetía y lo capturamos. Así como entregamos a Chávez Abarca a Cuba, entregamos a este señor a Colombia” . Si, así no más, sin un ápice de vergüenza —a grito en cuello—, burlando el principio universal de la presunción de inocencia y sin juicio alguno se condena y se equipara al periodista de Anncol y luchador popular Joaquín Pérez con un terrorista.” (Ibíd. )
Ilenia Medina recuerda que:  “En diversas oportunidades hemos planteado la imperiosa necesidad de que Venezuela debe acabar con el irresponsable procedimiento de deportar a los ciudadanos colombianos. Toda solicitud que efectúe Colombia debe ampararse bajo los procedimientos jurídicos más apegados al estado de derecho. (…) Sin embargo, son las autoridades colombianas, sin moral para ello, que le exigen a Venezuela “garantías” para extraditar a Makled.” (25)
·  Política de persecución contra el pensamiento crítico adelantada por el imperio a nivel mundial
El centro de este asunto es la política contrainsurgente y represiva contra el pensamiento crítico adelantada por el imperio a nivel mundial, y con específico énfasis en lugares como Colombia, en los que el gobierno adelanta una verdadera cacería humana. La sombría reedición del Plan Cóndor no puede ser avalada por los revolucionarios del mundo: es una llaga abierta en el continente americano. Y menos podemos aceptar que el gobierno venezolano mancille su ética colaborando con el genocidio contra el pueblo colombiano, en la sucia labor de entregar perseguidos políticos.
Roosevelt Barbosa señala:  “Joaquín Pérez Becerra solo fue la gota que derramó el vaso. (…) Incluso se han entregado combatientes heridos, lo que está indicando que no son errores circunstanciales las entregas, sino políticas de Estado acordadas entre ambas naciones. Es a esto, que sí es muy grave, que debe responder el presidente, explicar con claridad si seguirá o no entregando a los colombianos reclamados por el gobierno de las inmensas tumbas clandestinas.” (26) 
Como lo expresa el texto de análisis jurídico que publicó el Partido Comunista de Venezuela:  "el gobierno bolivariano, por cumplir un acuerdo no conocido con el gobierno de Colombia y su presidente Santos, dejó de aplicar las leyes de nuestro país para entregar al periodista."
Hugó Gómez, expresa:  “Ambos gobiernos han presidido este episodio detestable de atropello inaudito a la libertad y seguridad del revolucionario deportado. La deportación de Pérez Becerra se inscribe en un compromiso político claro-oscuro de dos mandatarios que ostentan signos políticos contrarios. Es esa una contradicción que debe resolverse. El tsunami político que este episodio ha desencadenado, contribuirá a desvelar al menos algunas de las raíces de este tipo de compromisos de entrega constante de revolucionarios colombianos por el gobierno venezolano, y medir sus nocivas consecuencias en la construcción por ambos pueblos, de la Patria Grande Bolivariana (…) En este procedimiento demoledor de toda conducta civilizada, fueron pisoteados impunemente los convenios internacionales sobre Derechos Humanos y Diplomáticos, la Convención de Ginebra, el Pacto de San José de Costa Rica y tantos más”(27).
“La deportación de Pérez Becerra no es un episodio aislado(…) Dicha conducta, alejada de la solidaridad revolucionaria (…) compromete principios del ideario bolivariano, sin distinguir entre quienes son los amigos y quienes los enemigos reales del proceso revolucionario bolivariano en Venezuela y en Colombia. El secuestro y la deportación de Joaquín Pérez Becerra, realizada en una operación mixta por los cuerpos de inteligencia y fuerzas de la seguridad de las Repúblicas de Colombia y Venezuela, ha de alertarnos sobre los efectos perversos de desviaciones ideológicas y políticas. (…) El comunicado  del Ministerio de la Comunicación e Información de la República Bolivariana de Venezuela, (fue) elaborado con el lenguaje inquisitorial tomado prestado de la oligarquía colombiana cuando apunta a la resistencia popular contra la injusticia social  (…)” Esto expresó el comunicado oficial: “El Gobierno Bolivariano ratifica así su compromiso inquebrantable en la lucha contra el terrorismo, la delincuencia y el crimen organizado, en estricto cumplimiento de los compromisos y de la cooperación internacional, bajo los principios de paz, solidaridad y respeto a los derechos humanos”. (Ibíd. )
El analista J.A Gutiérrez D., refiriéndose al comunicado:  “No solamente condena a Pérez Becerra antes del juicio, sino que además denomina “terrorismo” a la insurgencia mientras que el Estado colombiano sería la encarnación de la “paz, la solidaridad y el respeto a los derechos humanos” (el mismo Estado colombiano de los falsos positivos, de las torturas a más de 7.000 presos sin debido proceso, el mismo de las decenas de miles de desaparecidos (…) el mismo del paramilitarismo, la parapolítica y la limpieza social)” (28) 
Gutiérrez expresa:  “estas extradiciones son parte de un proceso de guerra sucia total (…) por parte del Estado colombiano, que desde el 2002 ha decidido cerrar toda puerta al diálogo político y jugárselas por el exterminio (…) El componente jurídico de esta guerra tiene diversos aspectos, incluido el concepto de Guerra Jurídica en contra de toda forma de oposición, defensores de derechos humanos, periodistas, jueces, etc. (…) El concepto de utilizar las extradiciones como estrategia de guerra y la abierta intromisión del Ejecutivo en el quehacer judicial han sido también detallados en el tercer punto del llamado “Salto Estratégico”, la política que define la estrategia militar contrainsurgente del Estado colombiano desde el 2009, con el cual se busca:
    “articular el sistema judicial para que éste produzca resultados ejemplarizantes, (…) La extradición, en particular, ha sido usada como herramienta en este componente; otro mecanismo muy socorrido fue evitar la judicialización por rebelión y promover condenas por terrorismo (…) Al mismo tiempo, se intentó crear un sistema de protección jurídica a los efectivos de las Fuerzas Militares, con el objeto de prevenir la desmoralización de la tropa ante eventuales condenas por violaciones de los derechos humanos”[7]”
El mismo Santos, entonces Ministro de Defensa, había dicho en Marzo del 2009 que “seguiremos con el tema de la judicialización”[8]
En este escenario,  el acoso judicial a los internacionalistas asume un rol central, y aún cuando no se consigan todas las extradiciones solicitadas, se consigue que los defensores de derechos humanos (…) deban entrar al juego de defenderse en lugar de denunciar al régimen.”
Evidentemente, es momento de abrir el debate: el devenir de nuestros pueblos no puede ser sacrificado a las adulaciones y las censuras. Y a los que llaman a la censura con su “carta de desagravio a Chávez”: decirles que ojalá pudieran entender que la verdad no es un “agravio”; la verdad es una necesidad revolucionaria.
Lo peor de todo este asunto, es que Venezuela aún puede pedir la  retroacción de la entrega  (figura prevista en el DIH en caso de violación del debido proceso), pero los censores han tapado la posibilidad de que esto se de, contribuyendo a mantener enjaulado a un sobreviviente del genocidio, y a un periodista encarcelado para callar su voz, que enfrenta un descomunal montaje judicial por parte del régimen colombiano.
Si nos quedamos callados, habrá más entregas de perseguidos políticos:  y la cacería humana continuará intensificándose, amordazando el pensamiento crítico y alejando las esperanzas de paz mientras se acrecienta el genocidio contra el pueblo colombiano. Estamos en un momento capital para el devenir de la región, y para el devenir de la ética: componente imprescindible a cualquier proceso revolucionario. Podemos aceptar el silencio y ponerle una sordina a los torturados del genocidio colombiano; o podemos decir que no aceptamos ser cómplices con un genocidio, y abrir el debate para rescatar la verdad, la solidaridad, la coherencia y la ética como fundamentos imprescindibles.