Miércoles 18 de Mayo de 2011 09:14 administrador
Domingo Nadal, NotiColombia Press
La detención y deportación del director de ANNCOL, Joaquín Pérez Becerra, ha puesto de presente quiénes son los “jalabolas” al interior de la revolución bolivariana. Jalabolas que se han mimetizado en la revolución para crear un entorno revolucionario y que ahora, ante las críticas de los sectores revolucionarios que utilizan los principios para hacerla, son los máximos defensores de un acto por demás totalmente indefensable.
Los jalabolas recurren a cuanta estratagema hay. Que no hay que criticar la revolución bolivariana porque eso lo aprovecha el enemigo. Ja! Alguien recuerda la lucha que adelanto Lenin contra los revisionistas mencheviques en plena 1ª guerra mundial y acechado por los países capitalistas? Que no hay que criticar la revolución porque el imperio acecha y la atacará… Ja! Ya el comandante Fidel Castro Ruz sentenció que el imperio siempre y por siempre usará pretextos para atacar a los revolucionarios y a sus pueblos.
Entonces, cuál es el problema? El problema es que un gobierno que se dice revolucionario, pero cede casi que espontáneamente a las estratagemas y presiones del gobierno de Juan Manuel Santos, y por ahí derecho del imperio estadounidense, es un gobierno blandengue que carece de la dureza necesaria para enfrentar una invasión. Porque hay que decirlo bien claro: Con los dirigentes que tiene la revolución bolivariana, vale decir los Maduros, Izarras, y cía, no se defiende una revolución. Más bien se entrega a las primeras de cambio. Es más, los jalabolas son “duros” con los propios militantes revolucionarios, pero les tiembla el fundillo con el enemigo. Véase no más el caso del despido de la directora de Radio del Sur (en mayúscula porque lo merece).
Una invasión se enfrenta con la fortaleza de un pueblo, con dirigentes dotados y fortalecidos con principios revolucionarios; con un pueblo que va adelante en la lucha por sus más sentidas reivindicaciones políticas, sociales, económicas. La invasión se enfrenta con la libre expresión de las ideas del pueblo y no con la mediatización de sus opiniones. Esa mediatización conlleva a desarmar los espíritus y a crear falsos ídolos que tienen piés de barro, conlleva a paralizar la iniciativa popular que ve en sus “dirigentes” no ya los luchadores contra el imperio que van a dirigir la resistencia, sino a los conciliadores con el enemigo de clase de todos los pueblos del mundo.
No es con “jalabolas” aburguesados con quienes vamos a defender la revolución. Es con dirigentes que han luchado toda su vida. Con dirigentes que han luchado incluso con las armas en la mano, y les tocó entregar éstas cuando las condiciones variaron. Con dirigentes que se ensucian de barro y aceite. Que se meten en los lodazales producidos por el invierno. Que van a todas partes, que están en todas partes. Esos son los dirigentes que necesita la revolución para seguir adelante y para volver a su senda revolucionaria.
Evidentemente que los “jalabolas” de la derecha cuando suenen lo tiros serán los primeros en meterse en sus búnkers. O en sacar la “bandera blanca” para entregarse y pedir perdón. Tocará, como siempre, a los revolucionarios verdaderos enfrentar la invasión del enemigo. Tocará a ese pueblo valiente poner los muertos, derramar su sangre generosa por la libertad, la independencia y la soberanía nacional. Tocará a ese pueblo salir a las calles a repudiar al imperio y también a los “jalabolas”, ya que estos tienen su partecita en la invasión y son parte de ella. De eso no tenga la más mínima duda!!