Por Allende La Paz, NotiColombia Press
La Guerra sigue imperturbable en Colombia. Aparentemente escondida por los titulares de la detención del director de la agencia alternativa ANNCOL, Joaquín Pérez Becerra, del “golpe de estado legal” al alcalde de Bogotá, Samuel Moreno, sobre sale por su importancia la noticia de las fuerzas militares colombianas de que “ajustan su estrategia contra las FARC y el ELN”.
Queremos señalar que siguen las fuerzas del estado la guerra contra el pueblo colombiano. Las violaciones de derechos humanos siguen igual cuando el régimen anterior, con la diferencia de que ahora se vuelve a la vieja práctica de no responder por ningún crimen. Ahí están los crímenes de las BACRIM, los viejos narco-paramilitares con nombre remozado. Ahí están los crímenes de líderes populares. Ahí está, por ejemplo, que Oidhaco dice que cada día se persigue y victimiza a los líderes populares.
Ahora vienen las fuerzas militares del estado a anunciar una “nueva estrategia” para enfrentar a los guerrilleros de las FARC y el ELN desde el segundo semestre de 2011. Es una preocupación constante de las fuerzas estatales la capacidad de asimilación de las guerrillas del modo de operar de los militares estatales y los enfrentan. Los que no tienen la capacidad de enfrentar las armas de las fuerzas militares-narcoparamilitares del régimen son los campesinos, los indígenas, los obreros, los estudiantes, los cuales sufren el rigor de la única política estatal del régimen colombiano. Y son víctimas del Terrorismo de Estado.
Hemos reiterado en multiplicidad de ocasiones la imposibilidad del régimen de vencer a las guerrillas colombianas, ni siquiera gastando miles de millones de dólares, ni siquiera con la más avanzada tecnología de punta, y hemos propuesto la necesidad de adelantar una salida política al conflicto interno colombiano. Es la única forma. No hay otra.
Por ello, en su incapacidad manifiesta de derrotar a la insurgencia, los regímenes colombianos persiguen a los exiliados en los países que tuvo a bien y en buena hora brindarles refugio. La persecución a la Asociación Jaime Pardo Leal (AJPL) se inscribe en esa incapacidad. Le temen a un grupo de refugiados políticos de la Unión Patriótica (U.P.), cuya única forma de lucha es la denuncia de los crímenes perpetrados por los regímenes colombianos.
Y eso les arde muchísimo. Por ello enviaron “agentes de inteligencia” para que adelantaran el espionaje en Suecia y la estratagema resulto en la captura del director de Anncol –que no es de la AJPL-, por el “delito” de publicar comunicados y partes de guerra de las FARC. Se logra un golpe mediático a nivel internacional, con la ayuda de la INTERPOL, la misma organización que avaló los célebres computadores de Raúl Reyes.
Cerraron así la única ventanita que había de comunicación con las insurgentes FARC para la búsqueda de la Paz. Mientras, las FARC al parecer han entendido hace tiempo que sólo a golpes de fusil se puede hacer política en Colombia. Aplican el principio de Klausewitz. Ya las FARC han informado que todos los días combaten. El año pasado ANNCOL publicó que más de 4.500 militares y policías habían sido dados de baja en enfrentamientos con ellos. Y este año la cosa va igual o peor.
Seguiremos insistiendo en que la salida política es la única posibilidad para alcanzar la paz en los actuales momentos en Colombia.