söndag 22 maj 2011

Crítica y autocrítica en la discusión sobre la entrega de Pérez Becerra


por ABP Noticias
El sábado 21 de mayo, medio centenar de personas asistieron al foro “Estado y Comunicación, el caso Pérez Becerra: Tensiones y Razones” realizado en el ámbito del “Foro Social Mundial Temático Venezuela”. Desde tempranas horas de la mañana y hasta las dos de la tarde, Gonzalo Gómez, Cristina González, Iván Maiza y Giulio Santosuosso dieron sus ponencias en la sede de COTRAIN en Caracas, en un ámbito de mucha participacion y rico debate.
El foro comenzó con la ponencia de la periodista Cristina González, quién reflexionó sobre la forma y razones por las que fue despedida de la dirección de la Radio del Sur. Aunque el ministro Izarra nunca le ofreció explicaciones, es sabido que el despido de la emisora viene por la cobertura que se le dio al caso Pérez Becerra, ofreciéndole voz a las muchas posiciones populares que rechazaron la entrega. En su ponencia la profesora también analizó las implicaciones trágicas del comunicado oficial (del Ministerio de Interior y Justicia) que tildó al periodista sueco de “terrorista”, sumando la voz del Gobierno Bolivariano al léxico destructor del imperialismo. Finalmente, desde su compromiso con la revolución, González criticó la falta de espacios formativos e hizo un llamado a impulsar la formación en el PSUV, considerando que la falta de ésta conlleva a cometer graves errores políticos como la extradición de revolucionarios y a reproducir posiciones acríticas y conformistas.
Siguió el escritor Giulio Santosuosso quién, afirmando que iba a presentar un hilo puramente lógico, comenzó con un refrito de preguntas ya bien esclarecidas sobre la sucesión de hechos que culminó en la entrega del periodista sueco a Colombia. El eje de la ponencia de Santosuosso fue la supuesta “trampa” contra Chávez; este común pero extraño planteamiento desplaza la condición real de víctima de Pérez Becerra al Presidente, negando así en un giro abiertamente irracional el ensañamiento cruel y sangriento del gobierno colombiano contra todos aquellos que trabajan contra el proyecto oligárquico que se impulsa desde la Casa de Nariño y el Pentágono. Finalmente, el escritor insinuó que se desconocen las razones geopolíticas por las que se decidió entregar al periodista, negando la capacidad de análisis de los movimientos populares que repudian el hecho.
El siguiente en tomar la palabra fue Iván Maiza, cuyo artículo en defensa de la entrega a Colombia de Pérez Becerra (“¿Quién invitó a Joaquín Pérez Becerra?”) se ha convertido en la voz del oficialismo a falta de un planteamiento oficial en relación al hecho. Maiza articuló su ponencia a partir de un presupuesto: que en el caso de Pérez Becerra tuvo que haber infiltración aquí (en Venezuela) o allá (en Suecia). Favoriciendo la segunda alternativa, Maiza implica que ANNCOL habría sido infiltrada para así incidir sobre un viaje que habría colocado a Chávez entre la espada y la pared. Esta tesis, poco cabal, confunde el seguimiento por parte del DAS del que indudablemente fue víctima el periodista sueco-colombiano, con una “infiltración” en el entorno de Joaquín.
Según Maiza, la meta del complot, de la “trampa”, habría sido crear el caos y la destrucción de la izquierda continental. Su teoría implicaría que Joaquín es una mera marioneta controlada por fuerzas externas –un objeto y no un sujeto–, y que la izquierda que le apoya responde cual autómata a un guion diseñado por la derecha fascista. Finalmente, Maiza alegó que hay dos factores que la izquierda no ha considerado: (1) que ésta fue una operación de “alto nivel” (argumento que asume que la izquierda continental y mundial carece de capacidad de análisis), y (2) que ante las venideras elecciones, hay que mantener abierta la frontera para asegurar el abastecimiento (argumento menosprecia la conciencia del pueblo y deconoce otro factor en las relaciones bilaterales: la posible implicación de actores del gobierno con el narcotraficante Walid Makled).
Por último Gonzálo Gómez de Aporrea dio una elocuente ponencia. El periodista de Aporrea abrió su intervención planteando que ante la falta de una explicación coherente por parte del gobierno en cuanto al secuestro y entrega de Pérez Becerra a Colombia hay efectivamente dos opciones para los que están con el proceso bolivariano: (1) aceptar que hay “un algo” que somos incapaces de comprender, una “razón de Estado” válida para quebrantar no solo la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, los acuerdos internacionales y el DIH, sino también los principios de cualquier revolucionario, o (2) ejercer la capacidad de crítica que está amarrada a la voluntad de todo revolucionario de construir una sociedad más justa; añadió que indudablemente este análisis crítico ha de partir de los principios éticos revolucionarios, de los hechos concretos, y ha de considerar otros factores y como las relaciones de fuerza.
Considerando todos estos factores, Gómez llegó a la conclusión de que la entrega no solo fue un gravísimo error político y, en consecuencia, un golpe muy duro al proceso de cambio, sino que representa una pérdida de soberanía en política internacional. El periodista concluyó resaltando que el costo político del secuestro y entrega de Joaquín ha quebrado la solidaridad internacional con el proceso, y que en este momento los revolucionarios –dentro y fuera del gobierno– se han de plantear si en lo que atañe las relaciones internacionales deben primar las relaciones entre mandatarios e intereses de Estado, o las relaciones entre pueblos y sus anhelos de cambio radical.
Tras estas cuatro intervenciones, el foro continuó con los aportes de una audiencia altamente participativa e informada que mostró su compromiso con la transformación de la sociedad venezolana y continental no desde una complaciencia pasiva, sino desde la organización, la crítica y el trabajo. Esta jornada promovida por el “Foro Social Mundial Temático Venezuela” concluyó con el compromiso de seguir discutiendo y construyendo una definición popular en lo que atañe a las políticas comunicacionales y las relaciones internacionales en la República Bolivariana de Venezuela.