måndag 16 maj 2011

Autogol monumental de la Patria Grande Bolivariana

Publicado en 2011-05-15-abpnoticias
Por Sulata Taruka
Madre colombiana, sobreviviente de la Unión Patriótica


El periodista
Joaquín Pérez Becerra es un incondicional defensor de la Patria Grande
Bolivariana; ha difundido con alegría y esperanza los logros de la Revolución
Bolivariana; ha promovido valores de solidaridad internacional, de apoyo a
todos los procesos democráticos-revolucionarios del mundo; ha informado sobre
las injusticias ocurridas en diversas latitudes; ha denunciado a los
golpistas-enemigos del proyecto bolivariano; ha desentrañado la amenaza del
imperialismo contra el mismo proyecto, a través del Plan Colombia y las siete
bases militares; ha divulgado la estrategia de tierra arrasada contra el campesinado
colombiano que ve con simpatía los cambios sociales en Venezuela; ha sido la
voz del movimiento popular colombiano que es criminalizado y asesinado por sus
justas luchas. 


Que razones de
Estado, que "papa caliente", que vino en un momento inoportuno, que
arriesgaba la creación de un bloque paralelo a la OEA, que reactivaba los
señalamientos del fascismo mundial a Chávez por colaboracionismo con las FARC,
que (lo peor en boca de un ministro bolivariano) se trata de un terrorista.
Bueno, sea la justificación que sea, la entrega de este adalid del periodismo
crítico y alternativo, por parte del gobierno bolivariano al Estado terrorista
colombiano, ha hecho un daño inmenso a las luchas de los pueblos en especial,
la del nuestro, el colombiano. El pacto de mutua protección entre Chávez y
Santos es un juego temerario en el que sale perdiendo la real integración de
los pueblos. La confianza se ha quebrado. El imperio aprovecha semejante acto
de incoherencia ideológica para hacer cerrar la agencia de noticias Anncol; el
gobierno colombiano prueba que tiene amarrado a Chávez, entonces, profundiza el
espionaje y la persecución de revolucionarios en Europa y el resto del mundo;
aumenta la censura al periodismo libre y democrático -internamente-, arrecia el
chantaje, la criminalización de los movimientos sociales y la cacería de
brujas. El daño es enorme.


En Colombia hay
una lógica contrarrevolucionaria incrustada en la psique de la oligarquía y
todo su aparato policiaco-militar. La intolerante y "rancia aristocracia
bogotana" y la paramilitar burguesía paisa no descansarán hasta ver
destruida la Revolución Bolivariana. El odio que destila el periodismo
colombiano contra el comandante Chávez y la Revolución es atosigante, obsesivo,
enfermizo, irracional. No hay día que no se conspire contra el proceso político
social venezolano. Las masas están manipuladas ideológicamente en contra de
Venezuela: en la calle, en las empresas, en las universidades, en todos los
estratos sociales. Si una se atreve a defender a Chávez, se le viene gente
encima. Hay unanimidad en torno a la satanización del proceso del hermano país.
En Bogota hay varios planes de saboteo y ataque a la Revolución Bolivariana;
siguen vigentes, no se han detenido con los pactos bajo la mesa de Chávez y Santos.
Santander sigue esperando que Bolívar parpadee para darle la puñalada. Para la
clase dirigente, el ejército, y la gran masa, todo lo que es chavista es
fariano. Es una asociación que los medios de comunicación lograron insertar en
el imaginario colectivo. Chávez puede entregar 1.000 guerrilleros y aquí
seguirán satanizando la Revolución Bolivariana. El comandante ha sido ablandado
por el chantaje permanente, la amenaza de una invasión; y cree que con las
concesiones que hace se va a librar de una traición.


Santos ordenó una
ofensiva más violenta contra la insurgencia con el fin de cerrar cualquier
boquete a una salida pacífica y negociada al conflicto social y armado. En sus
directrices contempla mayor criminalización de la protesta social, desmantelamiento
de los pocos servicios públicos que quedan (Educación pública, salud pública,
espacio público), entrega del 40 % del territorio nacional a las
multinacionales de la minería. Un gobierno tan neoliberal y violento es
diametralmente contrario al gobierno social y pacifista de Venezuela. En la
mente de Santos y de la intolerante clase santanderista colombiana, está viva
la posibilidad de la derrota de la Revolución Bolivariana. Para ellos y la
burguesía egoísta criolla, mientras exista la revolución Bolivariana, siempre
habrá peligro para sus intereses y privilegios excluyentes. Por más concesiones
que Chávez haga al vengativo Santos, el establecimiento colombiano no dejará de
conspirar (en todos los tonos y matices) contra la Revolución Bolivariana. Santos
es capaz de entregar a Uribe a una Corte Internacional, también es capaz de
traicionar acuerdos con los vecinos, pues su compromiso está con el hemisferio
Norte, con Tony Blair, con Obama, con Zarkozy, con la OTAN. Es su margen de
maniobra pues la economía colombiana depende inmensamente de la Inversión
extranjera en minería y otros rubros que pueden atender las multinacionales.
Santos acaba de llegar de Europa, ofreció el territorio nacional a los ávidos
inversionistas españoles, alemanes, franceses, ingleses. Este es su principal
compromiso. Su compromiso con Venezuela es el de que, a través de su nuevo
mejor amigo, le cancelen oportunamente las exportaciones al empresariado
colombiano, de que pueda obtener petróleo subsidiado por el Estado venezolano,
y que le entreguen todos los demócratas y revolucionarios que se atreven a
entrar allí.


La integración
latinoamericana que le interesa a Santos es para defender los intereses
norteamericanos y así obtener la cooperación militar permanente que le sirve
para agredir, perseguir, criminalizar al movimiento social interno. ¿Qué más le
interesa a Santos de Venezuela? Ahora, Santos ve que Chávez es otro aliado
contra los rebeldes colombianos. Esto le produce felicidad, no esperaba tanta
retribución, y de paso Santos se ha ganado dizque el liderazgo continental
desplazando a Chávez del protagonismo. Interesante. A Chávez le interesa
amordazar a la cancillería colombiana, para que voltee la página de todas las
falsas acusaciones que le levantan en todos los puntos cardinales, para apagar
la computadora de Reyes, para que los cipayos (que nunca dejarán de serlo) no
sirvan de trampolín a la máquina de guerra gringa. Está bien, pero no a precio
tan alto, porque Santos logró amarrar a Chávez para que éste se vuelva enemigo
de la lucha popular colombiana. Santos y la institucionalidad colombiana se
prestarán siempre al ataque contra Venezuela; ejemplo: el ministro del Interior
de Colombia, Germán Vargas Lleras, autorizó de la manera más servil (una semana
antes de ser extraditado), el interrogatorio al narco Makled por parte de
agentes norteamericanos. En sendas jornadas de cinco horas, le grabaron a este
delincuente. ¿Qué van a hacer con esas grabaciones en Washington? Van a
arreglar otra matriz de opinión contra Venezuela: "que Makled le financió
campaña a Chávez, que Makled compró medio gobierno del Poder Popular, bla bla
bla". Vendrán otros computadores mas mágicos que revelarán otras
"primicias", y así. El gobierno colombiano nada hará para evitar esto,
antes lo alienta. El mismo Vargas (acérrimo antichavista) pide colaboración,
públicamente, al gobierno venezolano, para que no salga coca del Catatumbo por
la frontera. ¡No pierden oportunidad!


En la agenda
imperialista se contempla el control y apropiación del petróleo venezolano.
Para este objetivo, tiene varios planes que persiguen inicialmente el cambio de
régimen en el hermano país. Un plan A o libreto inaugural, consiste en sabotear
las elecciones presidenciales del 2012, con la financiación agresiva a grupos
opositores y a grupos de choque (células desestabilizadoras entrenadas
militarmente); la estrategia es crear un ambiente de fraude electoral, luego
vendrán los enfrentamientos y la acusación mediática: "El régimen chavista
dispara contra opositores". Esto abrirá las puertas a una
"intervención humanitaria" de la OTAN con resolución de la ONU a
bordo, a no ser que Rusia-China y Brasil recuerden que tienen tratos
comerciales con la República Bolivariana de Venezuela (entre naciones no hay
amistad sino intereses).


Amo al pueblo
venezolano, amo la Revolución Bolivariana. Por eso, escribo esto con buena
intención. Ingresamos a esa fase que Lenin llamó "la fase superior del
Imperialismo", en la que la política se convierte en acción militar. El
declive del imperialismo norteamericano lo va a llevar a cometer unas
barbaridades, ojala no ose tocar a Venezuela. Lo que están haciendo con Libia y
harán con otros es una clara advertencia. En el mundo de rapiña que vivimos no
hay derecho internacional, existe el "derecho de invadir países para robar
sus riquezas"; el petróleo venezolano está en la mira de los
imperialistas. El gobierno bolivariano mismo aceptó entrar en el juego de
violación del Derecho Internacional Humanitario al violar el derecho a defensa
de un periodista perseguido político de un gobierno criminal repudiado por
todos los demócratas del mundo. Violó varias convenciones, estatutos, la propia
Constitución venezolana. La entrega de Joaquín Pérez Becerra fue un monumental
autogol a la Patria Grande Bolivariana.


Un abrazo
bolivariano


Sulata Taruka


Madre colombiana,
sobreviviente de la Unión Patriótica.